Fracturas del Calcáneo
lunes, 06 de noviembre de 2006 -
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Introducción:
             
El calcáneo es un hueso frágil pos su consistencia pero resistente por su arquitectura, al que podemos configurar como un prisma del cual nos interesan sus caras: a) superior o subastragalina, importante por la presencia de una zona anterointerna o apofisaria y una posteroexterna que articula con el astrágalo y la tuberosidad posterior; b) interna, en cuyo centro se encuentra el sustentaculum tali, que articula con el astrágalo.

Clasificación:

1.- Fracturas SIMPLES: no comprometen la zona posteroexterna de la cara superior.

2.- Fracturas TALÁMICAS, que sí la comprometen.

Mecanismo:
          
El más frecuente es por caída de altura o compresión (“fractura del paracaidista”). También pueden darse los mecanismos de cizallamiento, avulsión o tracción por la fuerza contráctil del tendón de Aquiles; y, raramente, por descompresión brusca (“fractura del submarinista”).

Síntomas:
           
Tras el mecanismo de producción, aparece dolor espontáneo del pie con crepitación a la palpación. Hay impotencia funcional para la bipedestación, edema, inflamación y equimosis, pudiendo aparecer aplanamiento del arco plantar.

Diagnóstico por la imagen:
           
Radiológicamente, las radiografías simples anteroposteriores y axiales ponen de manifiesto el ensanchamiento y los trazos sagitales del calcáneo. Las de perfil permiten apreciar el ángulo formado por las líneas que pasan por las caras astrágalo-calcáneas anterior y posterior (140 a 160º, ángulo de Bohler). Sus ángulos complementarios (40 a 20º) disminuyen en las fracturas por aplastamiento. Asimismo, el ángulo formado por la línea que pasa por la articulación calcáneo-cuboidea (ángulo de Michel de Langre, normalmente de 98º) se hace recto o agudo ante el hundimiento de la zona talámica. 
                       
Tratamiento:

Inmovilización con bota de yeso durante 8 semanas en las fracturas simples sin desplazamiento y en ancianos.

En las fracturas con compromiso de la zona talámica y en las simples desplazadas, si son recientes, son susceptibles de tracciones o de compresiones/osteotomías. Tras esto, se inmovilizarán con placas –tornillos, agregando si fuese necesario injertos óseos, seguidos de bota de yeso de 6 a 8 semanas.

Sólo se recurre a la artrodesis cuando las fracturas que comprometen al tálamos son conminutas, subluxadas o luxadas, pudiendo efectuarla de inicio para ahorrar tiempo de consolidación y molestias (sobre todo el dolor).

El pronóstico dependerá de la edad, la conminución y el grado de compromiso talámico.

Secuelas:

Formación de espolones calcáneos, talalgias, alargamientos relativos del tendón de Aquiles, ensanchamiento del talón, pie plano traumático, artritis subastragalina, pie cavo traumático, artritis mediotarsiana, descalcificación, atrofia muscular, adherencias, pie doloroso y pie rígido.


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