El domingo ha sido un día de descanso para la selección portuguesa, que este lunes parte para Polonia, contra quién jugará el miércoles su primer partido de clasificación para el Eurobasket. Atrás quedan las derrotas en Alemania, pero ya forman parte del pasado en el camino del equipo nacional rumbo a su ambicioso objetivo. Miguel Queiroz no esconde que su adversario es fuerte y se complica más al jugar en casa polaca, aunque si el equipo consigue superarse y jugar a su mejor nivel la victoria no es inalcanzable. Abrir esta fase de clasificación con una victoria sería el escenario perfecto para el conjunto luso, que tiene la obligación de mostrarse competitivo, sin complejos y luchar hasta sus límites por el mejor resultado posible.

El desplazamiento a Alemania no fue bueno en lo que a resultados se refiere, pero proporcionó la oportunidad de mantenerse en competición, a un nivel muy elevado teniendo en cuenta el nivel del rival, una de las selecciones europeas de más fortaleza. "Fue una semana dura, con dos viajes y dos partidos en cuatro días. En el primero, conseguimos competir hasta el final. En el segundo, Alemania fue superior y no conseguimos igualar la calidad de juego que habíamos mantenido hasta ese momento."

El último partido no fue bien para los intereses lusos, y siempre es más complicado aprender lo que está mal en las derrotas. Un ejercicio que el internacional portugués está dispuesto a hacer, ya que los resultados importantes empiezan ahora: "fue una derrota dura, pero hemos sacado conclusiones positivas y corregiremos nuestros errores."

A partir de ahora todos los resultados serán importantes y Miguel Querioz da voz a la ambición que reina dentro de la selección. Ahora mismo toca colocar en el campo dicha ambición ya que se quiere volver a hacer historia en el baloncesto portugués: "el grupo está muy unido y consciente de que a partir de ahora los partidos cuentan, y estamos muy confiados de que ha llegado nuestra hora, y que la clasificación es posible."

Sobre el papel, Polonia es el gran favorito del grupo, por lo que este primer choque (además del resto) será de un grado de dificultad enorme. El gran desafío para Miguel Queiroz y sus compañeros pasa por abordar esta fase de forma positiva, con confianza, sin temores y con un espíritu combativo para enseñar todo aquello que tanto trabajo llevó construir.

Queiroz concluye, "tenemos un adversario muy fuerte y jugar fuera de casa es una dificultad añadid. Ahora bien, tengo la certeza de que si conseguimos poner en la pista lo que hemos entrenado y lo que somos, la victoria es posible!".